Mensaje de Conspiración de Células del Fuego/FAI-FRI para el 11 de Junio.
[Traducido por Sin Banderas Ni Fronteras desde Radiofragmata]
«11 de Junio, día internacional de solidaridad y acción por lxs anarquistas presxs en todo el mundo»
La prisión tiene la capacidad aterradora de dejar sus propias huellas indelebles en los cuerpos y las mentes de sus residentes.
Impresiones de tristeza, frustración, violencia, asfixia, imposiciones. Las puertas que se abren y cierran todos los días al mismo tiempo, con exactamente el mismo sonido horrible en un ritmo monótono de una rutina asesina que gotea su veneno de inmovilidad y vanidad lenta y dolorosamente.
Una breve descripción de la destilación de la putrefacción producida por el encarcelamiento es suficiente para hacer comprensible el odio que sentimos hacia las prisiones.
Es por eso que cada vez que una fuga de la prisión tiene éxito, cada vez que un funcionario carcelario recibe una visita inesperada, cada vez que un director de prisión o un sargento de policía paga el precio de sus despreciables opciones, nuestros corazones se llenan de una sensación única de disfrute y placer. Porque la venganza por el cautiverio no puede ayudar sino a encontrar su encarnación en los constantes ataques contra los representantes de la prisión.
Si algo falta en nuestros días, no es el balbuceo inofensivo sino las opciones hermosas y valientes de compañerxs con el fin de crear acciones ofensivas organizadas para responder dinámicamente a las cenizas dejadas a su paso por la opresión, para hacer valer la anarquía contra sus enemigos/as. Faltan conversaciones apasionadas para las necesarias prácticas que tenemos que construir, para la planificación de la desestabilización hoy, mañana y durante el tiempo que el mundo de la autoridad nos rodee.
El desiderátum ahora, para todxs quienes se sienten asfixiadxs por la forma de vida contemporánea sigue siendo común. Para coordinar y atacar los enmarañados tentáculos del Estado, el capital, la civilización, la apatía social y la miseria cotidiana en las ciudades. Incontables descripciones hostiles en un hostil patrón de vida que con el fin de destruirlo tenemos que revertir su paso, su movimiento y su ritmo detestable.
La única manera de poner un intento de este tipo en movimiento comienza a partir de todxs y cada unx de nosotrxs en forma individual, desde la gran opción de poner boca abajo nuestros relojes de arena personales con el fin de que nuestras vidas dejen de rodar con el ritmo que la autoridad nos impone, y en su lugar comenzar desde el momento en que avanzamos en la ofensiva, desde nuestros deseos de ver arder el mundo del orden por nuestras propias manos para convertir la solidaridad en la leña de este fuego.
Porque la solidaridad es un impulso, es energía. Es la fuerza que surge a través de la aceptación interna de que todxs somos parte del enfrentamiento anarquista contra la autoridad. Admitir que podemos terminar en cautiverio mañana, en el lugar de alguien que está en cautiverio en la actualidad. Una admisión que constituye esencialmente una unión indisoluble entre todxs los anarquistas que están luchando contra la autoridad, cada unx con la forma en que él/ella elija. Un vínculo que no debe romperse a pesar de todas las diferencias personales, a pesar de los desacuerdos individuales, ese sentimiento de complicidad siempre está ahí. No se cae hacia atrás. Persiste y adopta diversas formas.
Una lienzo, un afiche, un incendio durante la noche, un ruido ensordecedor de una explosión, una explosión contra alguna escoria de la autoridad, una acción de liberación de prisionerxs. Porque sólo de esta manera, sólo entonces, la solidaridad es de hecho nuestra arma.
Conspiración de Células del Fuego / FAI-FRI
Michalis Nikolopoulos
George Nikolopoulos
Panagiotis Argirou
Damianos Bolano
Theofilos Mavropoulos
Palabras del compañero Christos Tsakalos, miembro de Conspiración de Células del Fuego sobre el 11 de junio.
[Traducido por Sin Banderas Ni Fronteras desde Radiofragmata]
El 11 de junio es un día internacional de solidaridad. Un día contra el olvido. Un día por aquellxs que por años han dejado de estar presentes en las calles.
Un diá por aquellxs que hemos aprendido a contar nuestros pasos en el patio y dividir nuestros días entre encierro y encierro y conteos nocturnos.
Al mismo tiempo, el 11 de junio es un día de guerra. Es un día de motín, porque la ley y el orden pueden gobernar pero no reinar.
La existencia de presxs anarquistas nos recuerda la existencia de la guerra anarquista. Una guerra que a veces arde lentamente y otras veces ciega el cielo con sus incendios.
Toda guerra tiene pérdidas. Hay compañerxs que perecieron ante balas de policías o por una bomba que «apresuradamente» explotó…
Son lxs compañerxs que no volverán a estar a nuestro lado en la próxima cita de complicidad.
Y luego están lxs que fueron capturadxs en las trampas del enemigo. Un enemigo bautizado en democracia que se venga con cárceles y tribunales.
Una democracia a la que le gusta trasladar a lxs presxs como trofeos, de prisión en prisión, en condiciones especiales cargadxs con decenas de años de castigo…
Dentro de la celda, a menudo te visita una pregunta que abofetea..
– «¿Valió la pena?»
Dicen que si tu enemigo no te persigue, entonces algo estás haciendo mal…
Transferencias, tribunales especiales, condiciones especiales de aislamiento, huelgas de hambre, prohibiciones de visita, detención y encarcelamiento de familiares, nuevos juicios, intentos de fuga…todo esto prueba que no nos dimos por vencidxs.
La prisión puede quitarnos nuestra libertad, pero llevamos dentro de nosotrxs la guerra contra la autoridad, en cada traslado carcelario, en cada inspección a nuestras celdas, en cada puerta que se cierra.
Y a veces, cuando las paredes de la prisión parecieran alargarse y cada ruido de las celdas cerrandose resuena en tu cabeza, sabes que no estás solx…
Sabes que esto no solo te pasó a tí, que no es solo mala suerte que te hayan capturado.
Sabes que eres la continuidad de un hilo, de una historia que comenzó con la revuelta de Espartaco e incluso antes.
Sabes que hay otrxs como tú, en las celdas de Chile, como rehenes en México, en las cárceles de los EE.UU., en el régimen FIES en España, en detención indefinida en Alemania, bajo vigilancia psicológica en Suiza, en celdas de aislamiento especial en Italia, en el confinamiento bajo tierra en Grecia, en condiciones de barbarismo en Rusia, en cautividad en Polonia…
Y eso te da fuerzas…Te hace sentir cómplice…
Y todxs estamos conectadxs con lazos de memoria y perspectiva.
Memoria por lxs que fueron encarceladxs, torturadxs y ejecutadxs antes que nosotrxs en los momentos más difíciles, y perspectiva por lxs que siguen el hilo de la historia marchando contra el reloj del poder…
Entonces, la respuesta a la pregunta es…
– «Sí, valió la pena mil veces y si retrocediera el tiempo, una y mil veces haría exactamente las mismas cosas…»
Y si alguien pregunta de vuelta…
– «Pero la prisión, ¿no es una derrota?»
La respuesta es simple…
– «La victoria se define por la vida que vives…Por eso nosotrxs somos ganadorxs…»
Christos Tsakalos, Conspiración de Células del Fuego/FAI – FRI
Módulo subterráneo de la prisión de Korydallos.